Pero si se había logrado sortear con éxito una coyuntura adversa, el Segundo Plan Quinquenal tendría - como ya se ha dicho- alcances mas vastos. A lo largo del año 1952, un equipo de trabajo encabezado por el ministro de Asuntos Técnicos Raúl Mendé, había estado abocado a la elaboración del instrumento de planificación, que preveía minuciosamente las acciones de gobierno a llevar a cabo en el próximo lustro.
Los intentos del peronismo por basar su accionar -especialmente en el terreno económico- en una planificación previa, serían motivo de abundantes críticas. Sin embargo, mas allá de las falencias técnicas que puedan imputarse a esas tentativas, lo cierto es que -según se ha dicho antes- el peronismo fue precursor en la materia.
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Presentación del Segundo Plan Quinquenal. |
Por lo demás, esa planificación era reveladora de una nueva voluntad política, ausente hasta entonces en un país que había modelado su perfil productivo a impulsos de los mercados externos. Se trataba de recuperar para la Nación el derecho a definir su estructura socioeconómica a partir de una decisión soberana.
Al Primer Plan Quinquenal se le había imputado un carácter en exceso voluntarista, así como falta de armonización entre objetivos e instrumentos y entre los diferentes proyectos en él incluidos. No obstante, había sido el punto de partida de muchas de las mas importantes iniciativas del peronismo en materia económica, que le habían permitido transformar la fisonomía del viejo país.
Desde el aspecto técnico, el Segundo Plan Quinquenal resultaría considerablemente perfeccionado con respecto al primero, como producto de una elaboración mas ajustada y cuidadosa.
Así lo señalaría el presidente de la Nación en su discurso de presentación de dicho trabajo ante ambas Cámaras del Congreso, en el mes de diciembre de 1952: "El Primer Plan Quinquenal, por circunstancias sobradamente conocidas, no pudo tener ni la racionalización absoluta de su contenido, ni tampoco los estudios bases permitieron afirmarlo en realidades absolutas, desde que la falta de estadísticas, la falta de censos y el desconocimiento en que el país vivía de su propia realidad no me permitieron realizar una planificación perfecta ( ... ).
La elaboración del Segundo Plan Quinquenal ha sido mas propicia y ajustada. Hemos tenido cinco años para preparar los organismos necesarios que nos permitieran, no solamente crear todos los estudios bases necesarios para planificar, sino también establecer las organizaciones permanentes de planificación y racionalización, como así también conectarnos con nuestros hermanos provincianos, para que, en conjunto, el gobierno federal, los gobiernos provinciales y territoriales, como el de la Capital Federal, pudieran establecer un plan único, perfectamente coordinado y perfectamente racionalizado, para su ejecución como Segundo Plan Quinquenal".
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Síntesis económica del gobierno justicialista. Relato de Juan Perón |
Si el Plan comprendía la determinación de las prioridades en los esfuerzos a emprender y en la asignación de recursos en materia económica, no era menor su significación política. Así lo señalaba Perón en su exposición al Congreso: " ... comenzaré por decir, como hace seis años, que un plan de gobierno no puede ser la fría enumeración de intenciones a cumplir ni de proyectos a realizar.
Eso sería un plan carente de alma ( ... ). Un plan de gobierno, para que tenga alma, debe tener una doctrina, ya que la doctrina nacional es la verdadera alma colectiva del Pueblo; y de esa alma colectiva del Pueblo está animado profundamente el Plan Quinquenal ( ... ). La doctrina del Segundo Plan Quinquenal no puede ser otra que la doctrina aceptada por el pueblo, para ser gobernado según ella.
Es la doctrina Peronista, cuyos principios conforman el alma del Segundo Plan Quinquenal y que tiene como finalidad suprema alcanzar la felicidad del Pueblo y la grandeza de la Nación, mediante la Justicia Social, la Independencia Económica y la Soberanía Política, armonizando los valores materiales con los valores espirituales y los derechos del individuo con los derechos de la sociedad".
Como lo había probado el éxito del plan estabilizador, la participación y el convencimiento popular resultaban determinantes en la aplicación de cualquier estrategia económica, y Perón hacía extensivo este principio el Segundo Plan Quinquenal: "La conducción del Segundo Plan Quinquenal será centralizada en sus aspectos de verificación y control, pero sólo la percepción total del Pueblo posibilitará la ejecución. El Segundo Plan Quinquenal es de todos y para todos: es del pueblo y para el pueblo. El gobierno puede controlar en parte su ejecución, pero es el pueblo el único capaz de exigir su cumplimiento total.
De allí la necesidad de que todo el Pueblo conozca el Plan, y con ese fin la formulación del Plan es accesible a todo el mundo. El control del pueblo es más importante que el control del Estado".
Algunos meses después, al referirse al Plan Quinquenal ante un grupo de delegados de una organización sindical, Perón desgranaría algunos conceptos acerca de la solidaridad social, que concebía a la vez como fundamento y finalidad última de la aplicación del aquel: “Nosotros pensamos que si el Primer Plan Quinquenal fue -diremos así- el de la organización de la conciencia social, el Segundo Plan Quinquenal ha de ser el de la consolidación de esa conciencia social en los hechos de la organización misma, alcanzando un alto grado o un grado mayor de eso, que es la solidaridad social. La solidaridad social es el sentimiento de aglutinación orgánica que necesitan todos los que forman la organización popular”.