La situación crítica planteada en el sector externo, había puesto de manifiesto las insuficiencias estructurales que todavía persistían en la economía argentina. El crecimiento de la actividad industrial producido en los primeros años de gobierno peronista, había hecho mas visibles esas carencias. Resultaba indudable que la infraestructura energética, así como las industrias básicas, no habían acompañado el desarrollo de los demás sectores de la economía.
Si bien la Argentina había completado prácticamente el ciclo sustitutivo de importaciones de bienes de consumo considerablemente, la dependencia del exterior se desplazó a los combustibles, bienes de capital e insumos exigidos por la diversificación industrial.
“Argentinos y extranjeros apoyemos al gobierno de Perón, a esa obra genial de su Plan Quinquenal, que engrandece y enriquece la Nación... |
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Canción: Apoyemos al gobierno de Perón, por Hugo del Carril |
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Para hacer posible el mantenimiento de los niveles de ocupación y actividad interna alcanzados, era preciso afrontar el desafío de superar esa otra dependencia. Eso se lograría mediante la consolidación de una infraestructura industrial capaz de evitar nuevas coyunturas críticas, y de propulsar al país hacia un desarrollo integrado de su estructura productiva. Así lo entendía Perón, que afirmaba en el Congreso Industrial de 1953: "Si renunciáramos a crear en el Segundo Plan Quinquenal una industria pesada para el país, habríamos renunciado a la industria, no a la industria pesada".
Según lo analizaba Antonio Cafiero, la economía argentina atravesaba por lo que podría designarse como una crisis de desarrollo: "Estas crisis- señalaba Cafiero- no pueden identificarse, en su patología, con las típicas de los países altamente industrializados o con las que caracterizaron la evolución de nuestra economía colonial ( ... ). Las 'crisis de desarrollo' ( ... ) son peculiares a los países que evolucionan de un tipo de economía primitiva (monoproductiva) a una integrada (agro industrial) o sea que extienden verticalmente la dimensión de sus economías, a diferencia del crecimiento 'horizontal' como denominamos al que se produce por el avance hipertrófico o uniforme de una actividad, por ejemplo, la extensión continua de la producción primaria, tal como ocurrió en nuestro país desde principios del siglo hasta los años 30".
Los objetivos económicos centrales del Plan Quinquenal, son fácilmente advertibles a través de un somero análisis de las prioridades fijadas. Por lo demás, su estrategia se articularía con la modificación de la Ley de Inversiones Extranjeras -que procuraría flexibilizar las condiciones de las nuevas radicaciones, buscando estimularlas- y con algunas otras medidas que parecieron configurar un cierto cambio de rumbo con respecto a las orientaciones estatistas de los comienzos.
Se ha dicho frecuentemente que el peronismo dejaba de lado las herramientas de la política económica que -como el IAPI y las nacionalizaciones- habían evidenciado un fuerte poder transformador, para sustituirlas por medidas más moderadas y para conceder un papel más importante al sector privado de la economía.
En defensa de ese cambio de orientación, suele alegarse que las posibilidades de crecimiento interno estaban ya agotadas, dentro de los marcos de la estructura existente.
Debía entonces darse un salto cualitativo que modificara esa estructura y posibilitara su expansión. Eso exigiría un intenso esfuerzo de capitalización, para que el ahorro interno no resultara insuficiente, puesto que la nuevas industrias a desarrollar requerían inversiones más cuantiosas.
Pero más allá de los medios- aun retrocediendo en algunos aspectos de su nacionalismo económico inicial-, el peronismo no renunciaba a sus objetivos de afianzar la independencia económica del país. En tanto se trazaba un estricto orden de prioridades en materia de inversiones y se intentaba echar las bases de la industria pesada, esa finalidad permanecía inalterable.
El Segundo Plan Quinquenal estaba dividido en capítulos en los que se señalaban las políticas destinadas a las distintas áreas.
En el capítulo XX, que estaba referido a la industria, se asignaban las prioridades en materia económico-social: "La producción industrial del país será auspiciada, promovida y apoyada por el Estado en orden al cumplimiento de los objetivos del presente plan y particularmente en la medida en que se relacionen con las actividades básicas del país, que se indican a continuación y en la misma escala de prioridades económico-sociales:
a) desarrollo de la producción energética;
b) Mecanización y perfeccionamiento de las actividades agropecuarias;
c) exploraciones y explotaciones mineras y beneficios minerales;
d) mantenimiento y reequipamiento de las instalaciones y elementos productivos existentes;
e) industrias vinculadas al plan de transportes y comunicaciones;
f) industrias vinculadas a la construcción de viviendas".
Por otra parte, el orden de prioridades fijado en materia industrial era el siguiente:
1) sidedurgia ;
2) metalurgia;
3) aluminio;
4) química;
5) mecánica;
6) eléctrica;
7) construcción;
8) forestales;
9) textiles y cuero
10) alimentaria.
Resultaba evidente el énfasis puesto en las industrias básicas por encima de las de consumo final. Asimismo, la prioridad asignada al agro, tendiente a mejorar las exportaciones y desbloquear la capacidad de importación del país, como también a los recursos energéticos y la minería.
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IAME. Complejo fabril de 10 plantas y 9.000 operarios calificados que producen en 2 años 200 aviones biplaza y el famoso Pulqui a reacción. |
Idéntica preocupación por consolidar la infraestructura era advertible en la asignación de las inversiones estatales, detallada en el capítulo XXX.
Un 42,5% del total estaba destinado a "Obras y Servicios Públicos", y un 32,48% a "Acción Económica", mientras que la "Acción Social" quedaba relegada a un 4,2%. De la inversión total asignada (33.500 millones de pesos), 4.600 millones correspondían a combustibles, 2.500 millones a energía eléctrica, 5.000 millones a infraestructura de transportes, 3.500 a vialidad y 2.215 a comunicaciones. Mientras los distintos rubros energéticos sumaban 7.900 millones y la infraestructura de transportes y comunicaciones alcanzaba a más de 11.700 millones, la acción social no superaba los 1.400.
En cuanto al origen de los recursos con los que habría de financiarse el Segundo Plan Quinquenal, el mismo estaba consignado en el capítulo XXX : 20.500 millones provenían de la negociación de títulos de la deuda pública, y el resto resultaría de la recaudación de diversos impuestos.
“...el Presidente Perón quiere afirmar la economía justicialista que ha implantado en el país y al mismo tiempo contribuir a la educación integral de su pueblo... |
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Reportaje radial a Hugo del Carril. |
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Sin perjuicio de ello, en el mismo plan figuraba el concepto de que el capital privado, tanto interno como externo, podría cooperar en las inversiones previstas. Este último aspecto se relacionaría con la modificación de la Ley de Inversiones Extranjeras, efectuada en el mes de agosto de 1953.
Por cierto que sólo puede hacerse una evaluación parcial de los resultados prácticos del Segundo Plan Quinquenal, por cuanto el gobierno justicialista fue derrocado cuando apenas promediaba su período de vigencia. Después de 1955, el llamado informe Prebisch inventaría convenientemente los datos de una supuesta crisis, señalando una grave situación de pagos externos y una retracción de las inversiones. Sin embargo, importa juzgar globalmente los logros de peronismo en materia industrial y energética.
En 1947, el Congreso había aprobado la Ley 12.978 (conocida como Ley Savio), que planeaba el desarrollo sidedúrgico argentino, disponiendo la creación de SOMISA (Sociedad Mixta Sidedúrgica Argentina).
Distintas dificultades -principalmente relativas al financiamiento- fueron demorando la puesta en marcha del proyecto. Pero este se reactivó en 1952, suscribiéndose un contrato con una empresa francesa para la construcción de un puerto de aguas profundas en San Nicolás. En 1954 se iniciaron tratativas con una firma norteamericana para la provisión del alto horno, y en 1955 se obtuvo un crédito del Exim Bank para ese fin.
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El presidente Perón inaugura la Dirección Nacional de Energía Atómica. |
Debe destacarse la creación de IAME (Industrias Aeronáuticas y Mecánicas del Estado), a partir de la antigua fábrica militar de aviones de Córdoba. En 1953, dicha empresa había producido ya 200 aviones de entrenamiento lA 22D, cien Calquín monomotores y un caza a retropropulsión, el Pulqui, a nivel prototipo.
A partir de 1951 se confió a IAME la construcción de automóviles y maquinaria agrícola. Entre ese año y 1957, las fábricas de Córdoba llegaron a producir alrededor de 6.000 automóviles y 10 .000 vehículos utilitarios o agrícolas.
El autor norteamericano Arthur Whitaaker señala: “aunque los ambiciosos planes de industrialización no tuvieron éxito en algunos aspectos, se había dado no obstante considerable impulso a las industrias, tanto las viejas como las nuevas. De las más importantes fue la industria del acero".
En el rubro energético no pueden dejarse de mencionar algunos importantes logros obtenidos por el peronismo: por ejemplo, la construcción de 37 centrales hidroeléctricas, que representaron una generación total de 293.700 Kw, además del inicio del emplazamiento de otras nueve. Se encaró, asimismo, la explotación del carbón del Río Turbio, emplazándose una central eléctrica, una planta compresora y una planta de depuración.
En lo que respecta al gas natural, se construyeron los gasoductos Comodoro Rivadavia-Buenos Aires y Plaza Huincul-General Conessa. La producción saltó de 8 millones de metros cúbicos en 1946 a 448 millones en 1954. El gas manufacturado triplicó su volumen de producción en nueve años. Aún con los tropiezos y contramarchas, en esos años se iba definiendo el perfil de una Argentina industrial que antes del peronismo, no era sino un vago proyecto.
En 1956, diría Perón desde el exilio:"En 1946, cuando tomé el gobierno, no se fabricaban en el país ni los alfileres que consumían nuestras modistas. En 1955 lo dejé fabricando locomotoras, camiones, tractores, automóviles, motocicletas, motonetas, máquinas de coser, de escribir y calcular, y construyendo vapores".