(3) Los agregados obreros

Los cursos para delegados obreros como para agregados obreros en las embajadas argentinas eran sumamente ricos e intensivos: uno de los cursos más importantes eran los de capacitación técnica —comenta Espejo—, más tarde con la Universidad Obrera (Hoy Universidad Tecnológica Nacional), se completó la educación técnica profesional de los trabajadores en el más alto nivel”.

Figura 11:

Celebración del 17 de octubre de 1947. Acompañan al Presidente y a Eva Perón entre otros, los dirigentes sindicales Aurelio Hernández y Cecilio Conditi, el Vicepresidente Hortensio Quijano y el Ministro de Guerra, Humberto Sosa Molina.

Pronto se advirtieron los frutos de la enseñanza sistemática cuando los trabajadores que ya participaban en el gabinete y en el Parlamento comienzan a estar cada vez más en la cosa pública: ahora le toca también a la diplomacia.

Figura 12:

La nueva diplomacia según la revista Cascabel.

Espejo comenta que “los delegados obreros cumplieron con una gran misión en el extranjero, principalmente en los países americanos. Cuando murió Evita, hasta en los más apartados pueblos del Ecuador se encendieron velas por su eterno descanso; había fructificado la tarea de los agregados obreros, que consistía en difundir los aspectos más significativos de nuestra realidad y los rasgos de la personalidad de nuestros conductores entre los humildes de cada país. La diplomacia siempre había sido carrera de oligarcas, y ellos sólo se ponían en contacto con gobernantes, militares, empresarios e intelectuales.

Figura 13:

Eva Perón habla en la Unión Obrera Metalúrgica. La constante construcción de autoridad sobre el líder que permanentemente ejercía Evita, fue una acción fundamental en la primer etapa de la revolución. Lamentablemente su actitud no fue imitada por el resto de los dirigentes partidarios.


“...1 de mayo de 1947. Discurso de Juan Perón en la Plaza de mayo ante un multitud de trabajadores.

  Audio

Discurso de Juan Perón

Duración: 30 minutos
   

En cambio los delegados obreros se relacionaban con sindicalistas, con gente del pueblo. Eso no les gustaba a los funcionarios de carrera; lo veían con malos ojos y constantemente estaban moviéndoles el piso a los agregados obreros, pues sabían que éstos eran nuestro control sobre todo lo que ellos hacían”.

Hay enfrentamientos: son dos tipos de actitudes que se enfrentan, tal es así que Espejo comenta una graciosa anécdota que nos ilustra el panorama: “Recuerdo que en una recepción ofrecida por nuestro embajador en Inglaterra, éste se sintió molesto por la actitud de uno de los integrantes de la delegación obrera, que tocaba muy bien el piano a cuatro manos con su esposa.



Perón y Eva en una fiesta de gala.

Vieron un hermoso piano al cual nadie le prestaba atención, se entusiasmaron y al rato tocaron el Himno Nacional a todo lo que da. El embajador se quedó duro: se estaba tocando el Himno fuera de protocolo y los delegados se pusieron a cantarlo. No bien terminó el Himno, empezaron con la marcha peronista, y ahí todo el mundo volvió a cantar con entusiasmo; después siguieron con polcas, rancheras y tangos y se armó un baile lindísimo, algunas señoras del cuerpo diplomático salieron a bailar muy contentas. El embajador, molesto, no atinaba a hacer nada, estaba paralizado. Finalmente, tomó una heroica resolución: salió a paso firme se cambió y volvió a la fiesta”.

Figura 14:

Huelga de recolectores de basura. Los movimientos de protesta obrera encontraban en la mayoría de los casos, en el gobierno, una actitud aliada para lograr sus reivindicaciones laborales.

La dinámica que el movimiento obrero llegó a tener fue el logro más importante, pues fue más trascendente que los aumentos cuantitativos, innegables por cierto, como la afiliación masiva y las mejoras logradas en el campo sindical. Es a partir de 1943 y más intensamente desde 1946 donde puede apreciarse, más allá de marchas y contramarchas propias de una joven organización, la gran dinámica.

Perón, en el exilio explicaría: “nosotros apoyamos nuestro gobierno en los trabajadores, que actuaron en el poder ejecutivo y en el Congreso Nacional, además de participar en todas las ramas de las administraciones provinciales. Más de tres mil dirigentes obreros participaron permanentemente en el gobierno y los cuerpos legislativos argentinos, durante el régimen justicialista”.

Perón y la CGT

Perón concreta su relación con su pueblo por medio de las CGT. Cuando menos en dos ó tres ocasiones mensuales se llega a la Central Obrera para pronunciar un discurso que también es transmitido, generalmente, por radio. Estos discursos también son análisis que comprenden la situación mundial, un enfoque histórico y la situación coyuntural nacional para finalizar marcando la línea económica, política o social a seguir.

Figura 15:

Contundente e inapelable gráfico que demuestra las consecuencias económicas de la política justicialista.

El hecho de estar en contacto directo y permanente con los trabajadores le permite tener un panorama vasto de la realidad nacional. Así, veinticuatro horas antes del discurso, es Perón quien se reúne con los dirigentes sindicales para discutir la situación político-económica así como también el curso del plan quinquenal y las obras de gobierno. A su vez los dirigentes sindicales otorgaban al presidente la información que le permitía estar actualizado sobre los acontecimientos nacionales.

 
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Perón en un acto público. La necesidad de la organización fuera de los marcos del demoliberalismo, fué una permanente consigna del líder de los trabajadores.

Aquí también Perón no deja de inculcarles la organización recurriendo a veces a la ironía o al humor para insistir en su objetivo: “Me paso aquí el día entero, que ya es mucho —le dice a los gremialistas en oportunidad que es visitado en casa de gobierno—, por eso digo, señores, tenemos que trabajar, no descansar, porque los enemigos no descansan y cuando levantan la cabeza dicen: “Ya se va a ir este loco, y entonces vamos a arreglar cuentas”. Por eso, cuando el loco se vaya, tienen que quedar muchos locos detrás de él”.

Figura 16:

Prensa opositora. El personaje Don Cangrejo de PUM, analiza preocupado: “¿Qué se tramita Perón con la cuestión sindical? Cuando se pone adulón con las fuerzas sindicales, sonamos los radicales… En eso no hay discusión”.

La organización es de prioridad vital. Perón recurre a ejemplos del enemigo en pos de demostrar su imperiosa necesidad. “Observen ustedes —dice Perón— el capitalismo que dominó al mundo durante cinco siglos, porque esa es la realidad, lo dominó con suma inteligencia, no podemos negarlo.

Si no hubiera empleado una gran inteligencia en sus sistemas y métodos no podría haber esclavizado al 90% del mundo durante cinco siglos. Sin tener una gran fuerza no lo hubieran conseguido. Ellos eran numéricamente reducidos, pero ¿cómo dominaron? Por la organización. Lo único que vence es la organización. Ellos organizaron sus empresas, organizaron alrededor de las mismas sus gobiernos, organizaron alrededor de los gobiernos las fuerzas para sustentarlos, le inculcaron su doctrina, los mantuvieron mientras lo necesitaban, y con eso dominaron al mundo. Primero dominaron con su dinero y luego con los gobiernos que compraron con su dinero y con la fuerza que pagaron con dinero y que ejercieron a través del gobierno. Esa es la historia del capitalismo. Por eso dominó cinco siglos el mundo”.

Figura 17:

Los trabajadores rumbo al acto conmemorativo del 17 de octubre, en el año 1948.

Su pensamiento apunta a las organizaciones libres del pueblo todo en su conjunto, aunque es plenamente consciente que hay sectores que ofrecen mayores inconvenientes que otros. Así es el caso de los productores agrarios al que Perón se refirió: “¿Cómo he procedido yo como justicialista, para solucionar el problema de la organización del agro? Para poder abarcar ese problema, que es simple en su conjunto pero complejo en la realización, debemos retroceder y pensar cómo estaba el agro en la República en el año 1943.

Figura 18:

Funcionarios peronistas en el terreno donde habría de erigirse el actual Hospital Escuela San Martín. Ante los triunfos descollantes del gobierno, los altos dirigentes políticos eran simples administradores. Pero sus convicciones estratégicas serían puestas a prueba en el futuro.

Los agricultores recibían una mísera paga por su producción (…) Estaba esa maravillosa organización de que he hablado: el monopolio. Ellos eran los que acopiaban, es decir los que compraban al chacarero en la chacra y le pagaban seis, cinco o cuatro pesos. Transportaban el cereal en los ferrocarriles y lo cargaban en los puertos, lo llevaban a Europa y lo vendían al precio que querían, pero el pobre productor recibía seis pesos y este pulpo intermediario recibía treinta o cuarenta con lo que el otro había producido, a la par que el que lo comía pagaba cuarenta o cincuenta”.

Figura 19:

Perón y Eva Perón se dirigen hacia la Plaza de Mayo en ocasión del festejo popular del 1º de mayo de 1949. Junto a ellos: Mercante, José María Freire, Carlos Aloé y Roberto Ares.

Perón explicaría que con el IAPI (Instituto Argentino de Promoción del Intercambio) se nacionalizó el comercio exterior y que con las cooperativas conjuntamente se allanó el camino para la organización de los productores agrarios. “Un ejemplo —dice Perón— es la Provincia de Buenos Aires, con sus cooperativas organizadas. El gobierno de Buenos Aires no necesitó oírme hablar, porque él lo hizo pensando como pienso yo. Se anticipó y organizó un magnífico servicio cooperativo de producción”.

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