La organización también abarcó al área política como los demás sectores de la vida nacional. Así en junio de 1946, cuando Perón apenas es presidente, surge el Partido Único de la Revolución Nacional, que es el intento de mancomunar las fuerzas que le dieron la victoria el 24 de febrero, sobre la Unión Democrática.
El Partido Único de la Revolución implicaba la desaparición del Partido Laborista que había aglutinado a las fuerzas sindicales; “en su carta orgánica se disponía que éste estaría integrado por sindicatos, agrupaciones gremiales, centros políticos y afiliados individuales, que en ningún caso podían ser “personas de ideas reaccionarias o totalitarias” o “integrantes de la oligarquía”.
La UCR —Junta Renovadora—, que era la otra fuerza que había trabajado para el peronismo en las elecciones de febrero, choca con el Laborismo apenas entran en contacto sus respectivos diputados. Ricardo Guardo, entonces Presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, explica “La gente que venía por cada provincia se conocía de antes, pero no sucedía lo mismo con los de las provincias diferentes e incluso como los de una provincia como Buenos Aires, donde el Partido Laborista ganó diputaciones con los hombres que se colocaron en la lista pocas horas antes de que venciera el plazo para presentarla.
Entonces, en los primeros momentos, cada uno tenía que explicar a los otros de dónde venía, en este sentido las primeras reuniones de la cámara fueron terribles por la falta de un plan y porque no había una ideología común en la gente que constituía el bloque”.
La formación de distintos bloques en el Congreso será la consecuencia de la falta de homogeneidad. Los hombres que venían de la UCR-Junta Renovadora poseían una común tradición política, por el contrario el Laborismo, de neta extracción gremial, estaba falto de experiencia política. Este hecho tuvo repercusiones en el orden partidario y posibilitó una pronta disolución del Laborismo: “Cuando se crea el Partido Único de la Revolución, Gay ya ha renunciado al Laborismo; será Cipriano Reyes quien conserve, durante algún tiempo, la conducción del partido”.
Quien presidió el bloque peronista en la Cámara de Diputados de la Nación, Oscar Albrieu, de origen radical, comenta: “La diferente extracción de los legisladores hacía al bloque indisciplinado y difícil de manejar. Había de todo. Por el Partido Laborista se había congregado una mezcla de sindicalistas y hombres de izquierda de todos los matices: desde socialistas moderados hasta anarquistas y alguno que otro conservador.
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14 de setiembre de 1950. Perón en su famoso caballo pinto al llegar a un desfile militar. En el palco: Perón Evita, el presidente de Paraguay y otros funcionarios |
Por parte de los exradicales, los había también de todos los matices: yrigoyenistas, antipersonalistas, forjistas de la junta renovadora, y otras yerbas. Esto no agota el espectro: hay que contar también a los nacionalistas y clericales. En fin durante los primeros momentos el acuerdo parecía realmente milagroso, pero la figura de Perón nos unía a todos”.
Es en la Provincia de Buenos Aires donde el Partido Peronista adquirirá “carta de ciudadanía”. El gobernador de esta Provincia, coronel Domingo Mercante relata su desarrollo: “El nuestro era muy inorgánico todavía, no estaba organizado y se hizo muy difícil gobernar en los primeros tiempos, pues las luchas de tendencias eran muy agudas. Esto se repetía en todas las legislaturas provinciales después de las elecciones. Esta fue la razón por la que algunos empezaron a proponer la unificación partidaria a través del Partido Único de la Revolución.
Yo había tenido grandes dificultades para designar a los funcionarios cuando me hice cargo de la gobernación, por eso propuse que se formara un partido, con el nombre de Peronista, como la única forma de zanjar la discusión que se daba entre los Laboristas, que insistían en que el Partido ya estaba formado y era el de ellos, y los radicales de la Junta Renovadora, que también llevaban agua para su molino.
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1 de mayo de 1948, desfile de carrozas alegóricas por los Derechos del trabajador. |
Por eso le propusimos a Perón que permitiera que el partido se llamara Peronista, para terminar con el pleito, Perón se oponía y tuvimos que dejar pasar un tiempito. Luego llamamos a un congreso en la Provincia y formamos el partido. Hubo algunas bajas en nuestras filas: algunos diputados laboristas no aceptaron incorporarse al Partido Peronista y no recuerdo bien si hubo algún radical de la Junta Renovadora que regresó al radicalismo o se apartó del bloque; el hecho es que eso nos costó perder la mayoría en el congreso provincial. De todas maneras fue muy positivo, y en todas las provincias se celebraron reuniones formando el partido y luego se procedió a la definitiva organización en el orden nacional”.
Cuando la campaña electoral previa a la primera renovación de la mitad de la Cámara de Diputados de la Nación, el Partido Peronista ya está organizado como tal. El diario Crítica del 25 de enero de 1946 dice que “la Convención Metropolitana del Partido Peronista aprobó la carta orgánica y la plataforma electoral y eligió posteriormente a los candidatos que las fuerzas peronistas habrán de votar en los comicios próximos”. El 7 de marzo de 1948 se realizan las elecciones y finalizado el escrutinio, la Cámara de Diputados queda con 111 legisladores peronistas y 46 de la oposición.
Posteriormente, el 5 de diciembre se realizan en todo el país las elecciones para elegir diputados, senadores, por medio de electores, y convencionales para la reforma constitucional. El Partido Peronista obtiene 1.590.000 sufragios y el radicalismo, única fuerza opositora significante, logra 834.000 sufragios.
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La democratización política. Relato de Juan Perón. |
En el Luna Park, el 25 de julio de 1949, queda inaugurado el Primer Congreso del Partido Peronista. Son más de 6.000 los delegados de ambos sexos que desean dar forma definitivamente orgánica al peronismo.
“El cuerpo doctrinario —comenta Pavón Pereira— del movimiento puede encontrarse, hasta esa fecha, en la recopilación de las clases y discursos del General Perón. Existe inclusive, un Manual del Peronista, que engloba los conocimientos básicos que todo militante del partido debe manejar”.
Perón, dada la suma importancia del Congreso, da los lineamientos estratégicos del movimiento. En su exposición hace una crítica de los realizado: “Esta asamblea —dice Perón— será decisiva para el futuro peronista. Cambiamos definitivamente los antiguos procedimientos políticos, hasta hoy hemos sido nosotros también un movimiento gregario; de hoy en adelante, aspiramos a ser un movimiento organizado. En este sentido, lo único que vence al tiempo es la organización”.
Explica también qué es la “política antigua” cuando expresa: “El antiguo político hacía política de puestos y de favoritismo, porque como no realizaba obras de bien conjunto debía ganarse la voluntad, por lo menos, de sectores que lo apoyasen en la acción política. Como consecuencia de ese juego político, de puestos y de favoritismo, nacía la política de círculos; un político movía un círculo y otro movía otro círculo.
Entre ellos luchaban hasta que uno de los círculos se imponía y de ahí salía la plana mayor encargada, no de realizar la función pública con abnegación y sacrificio, sino de disfrutar de la función pública para hacer de la Nación un organismo inmenso al servicio de sus intereses y dilapidar la riqueza del país como si se tratara de una merienda de negros”.
Continúa Perón marcando grandes líneas doctrinarias: “El pueblo ha de equivocarse muchas veces; pero desgraciadamente, ésa es la única escuela que le va a enseñar a elegir bien, porque si se los elijo yo, que también me puedo equivocar, no aprenderá nunca a elegir a sus hombres. Hay que dejar que el pueblo elija; si se equivoca, peor para él”.
En esta disertación hace la distinción entre el caudillo y el conductor: “el caudillo improvisa, mientras que el conductor planea y ejecuta, el caudillo anda por entre las cosas creadas por otros; el conductor crea cosas nuevas; el caudillo produce hechos circunstanciales, mientras que el conductor los produce permanentemente. El caudillo destruye su acción cuando muere, la del conductor sobrevive en lo que organiza y pone en marcha”.
Subraya permanentemente la necesidad de conocer sustancialmente la doctrina y la teoría que enseña a la forma de aplicación; así como analiza las formas de ejecución, el encuadramiento de la masa, la organización del movimiento y la acción del dirigente. Organización, esa fue la constante.