(3) La caída de Cámpora

Al día siguiente, Perón dirigía un mensaje al país, en el que incluía severas advertencias: ''Tenemos una revolución que realizar, pero para que ella sea válida ha de ser una reconstrucción pacífica y sin que cueste la vida de un sólo argentino (...) Necesitamos la paz constructiva, sin la cual podemos sucumbir como Nación (...). Conozco perfectamente lo que está ocurriendo en el país.” 

Figura 19:

 

Perón firma el Acta de reasunción del mando por parte de Cámpora en el interior del avión que lo trajera de Madrid el 20 de junio de 1973.

 

“Los que creen lo contrario se equivocan. Estamos viviendo las consecuencias de una posguerra civil que, aunque desarrollada embozadamente, no por eso ha dejado de existir, a lo que se suman las perversas intenciones de los factores ocultos que desde las sombras trabajan sin cesar tras sus designios no por inconfesables menos reales (...). Los peronistas tenemos que retornar a la conducción de nuestro Movimiento, ponernos en  marcha y neutralizar a los que pretenden deformarlo desde abajo y desde arriba. “

Figura 20:

 

En la estación aérea de Morón Perón se dispone a bajar del avión que lo condujera definitivamente a la Patria. Unos trabajadores circunstanciales lo aclaman. 

“Nosotros somos justicialistas, levantamos una bandera tan distante de uno como de otro de los imperialismos dominantes. No creo que haya un argentino que no sepa lo que ello significa. No hay nuevos rótulos que califiquen a nuestra doctrina y a nuestra ideología. “

"Los que pretextan lo inconfesable, aunque cubran sus falsos designios con gritos engañosos o se empeñen en peleas descabelladas, no pueden engañar a nadie (...). Los que ingenuamente piensan que pueden copar nuestro Movimiento o tomar el poder que el pueblo ha reconquistado se equivocan (...). Por eso deseo advertir a los que tratan de infiltrarse en los estamentos populares o estatales que por ese camino van mal…” 

Figura 21:

 

Perón se dirige al pueblo argentino luego de su llegada al país.

Perón necesitaba conjurar el caos, que haría imposible gobernar. Debía evitar que el peronismo se convirtiera en un movimiento anarquizado. Necesitaba urgentemente la pacificación para poner en marcha los grandes debates nacionales. Y la forma más terminante de hacerlo, consistía en frenar en seco a los sectores que se mostraban menos proclives a acatar su autoridad, recostándose en los que sostenían la verticalidad. 

Era necesario que los destinatarios del mensaje lo entendieran. Que pusieran un freno a sus urgencias y se avinieran a buscar sus propios espacios de convivencia, dentro del peronismo, mediante el trabajo político y no a través de la violencia. 

Esta última favorecería a los que se situaban en los extremos: a los que buscaban una ruptura total -que no era lo que los argentinos habían votado-, y a los que se oponían a todo proceso transformador, que también los había en el peronismo.

La renuncia de Cámpora

A partir de los sucesos de Ezeiza, el presidente Cámpora tenía los días contados. Dos días después de su mensaje, Perón- ya dueño de la situación- mantuvo una cordial entrevista con Ricardo Balbín. El 10 de julio se entrevistó en la residencia de Gaspar Campos con el General Carcagno, y un día más tarde con el almirante Alvarez y el Brigadier Fautario. 

En esa misma jornada, Cámpora anuló la resolución del tribunal de honor de 1955 y restituyó a Perón su grado militar. El 11 de julio, Victorio Calabró dirigente metalúrgico y vicegobernador de Buenos Aires- declaraba que "estando el general Perón en el país nadie puede ser presidente de los argentinos más que él". Y Rucci afirmaba por televisión que "era necesario hacer realidad la consigna Cámpora al gobierno, Perón al poder". 

Eran los anuncios de lo que sucedería de un momento a otro. En realidad, el vértice del poder era Perón, y esto era algo que nadie ponía en duda. Por eso, la mayoría de la opinión pública habría de interpretar la renuncia de Cámpora como un gesto de realismo político. 

Figura 22:

 

El día 13 de julio acompañado del Gabinete en pleno, Perón anuncia la dimisión de Cámpora.

El 13 de julio, el país conoció la noticia de la dimisión del primer mandatario, a la que acompañó la del vicepresidente, Vicente Solano Lima. Quien le seguía en el orden de la sucesión presidencial, el vicepresidente provisional del Senado Alejandro Díaz Bialet,  debió partir a Europa en súbita misión oficial. En su lugar se hizo cargo de la presidencia el titular de la Cámara de Diputados, Raúl Lastiri, yerno del ministro de Bienestar Social José López Rega. 

Figura 23:

 

Tras haber sido aceptada la renuncia de Hector J. Cámpora, habla al país el presidente de la Cámara de Diputados Raúl Lastiri, el 13 de julio de 1973.

Junto con Cámpora se alejaron los ministros Righi y Puig (sustituidos por Benito Llambi y Alberto Vignes), el subsecretario Vázquez, el secretario de Prensa José María Castiñeira de Dios y otros funcionarios. El mismo13 de julio, por la cadena nacional de radio y televisión, habló Perón. Elogió a Cámpora y Solano Lima y manifestó: 

"Señores: a esta altura de mi vida yo no puede tener otra aspiración que la de ser útil a mi patria en la medida en que la patria me lo exija. Para mi es un tremendo sacrificio porque los años no pasan en vano y porque entiendo que este gobierno, que el 25 de mayo inició su tarea, lo estaba haciendo en forma perfectamente normal y natural..." 

Los sectores juveniles no podían, por cierto, oponerse al desplazamiento de Cámpora que acabaría por conducir a Perón a la presidencia. Pero interpretaron el interinato de Lastiri como una evidencia más del indisimulable incremento de la influencia de López Rega, a quien ya se conocía como "el brujo". 

Figura 24:

 

Perón saluda a los manifestantes de una movilización de la Juventud Peronista en Vicente López.

El 21 de julio, La Juventud Peronista organizó una multitudinaria marcha hacia Gaspar Campos, para "romper el cerco" que -supuestamente- el ministro de Bienestar Social y su círculo íntimo tendía en torno a Perón. Cuatro dirigentes fueron recibidos por el General, a quien solicitaron la posibilidad de un contacto más directo y fluido, sin intermediarios. 

Figura 25:

 

Perón, su esposa y Raúl Lastiri visitan el 15 de agosto de 1973 la exposición de la República Popular China de Buenos Aires.

Perón los dejaba hacer, pero no dejaría pasar la oportunidad de dejar en ridículo a los dirigentes juveniles a quienes necesitaba distanciar de sus bases. Las maniobras del líder tendían a obligar a la cúpula que internamente ya estaba en su contra, a tomar posiciones y definirse abiertamente.

Sabía que la enorme mayoría de los jóvenes que se movilizaban con la Tendencia no compartían y ni siquiera sabían que los documentos internos hablaban de Perón prácticamente como un obstáculo para la verdadera revolución, como una etapa a superar rápidamente. Por ello designó como futuro enlace para las futuras reuniones con los jóvenes a: Lopez Rega! 

Inicio | Previo | Siguiente

Imprimir |