La estrategia tendiente a la unidad que despliega Perón, tendrá otra manifestación: un nuevo viaje de su esposa a la Argentina. Isabel arriba a Ezeiza el 7 de Diciembre, acompañada por José López Rega, su secretaria privada, José Rucci y otros dirigentes de la CGT. En el aeropuerto, al que concurren a recibirla unas 10.000 personas, es esperada por Cámpora, varios integrantes del Consejo Superior Justicialista y las hermanas de Eva Perón.
A los dos días, la Señora de Perón mantiene una entrevista con el periodismo en la sede del Consejo Superior: sus declaraciones dan cuenta de que su presencia en el país responde a la necesidad de impulsar la consigna lanzada por el General: “Unidad, organización y solidaridad en el Movimiento Peronista”.
Asimismo manifiesta que Perón regresará a la Argentina si se le otorgan las necesarias garantías personales y legales. Al promediar el mes Isabel preside un congreso de la Rama Femenina. Allí se suscribe un documento exigiendo la libertad de los detenidos políticos, tanto obreros y estudiantes, como militares. Poco más tarde mantiene una entrevista con los dirigentes de las 62 Organizaciones, de la que participa José Rucci: Isabel invita a los sindicalistas a “dinamizar el proceso”, según manda Perón.
Con motivo de la inauguración de un nuevo local de la Rama Femenina –cuyas instalaciones bendice el padre Carlos Mugica, enrolado en el Movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo-, Isabel Perón pronuncia un discurso: “Es deseo del General Perón que todos los trabajadores argentinos se mantengan estrechamente unidos junto a sus mandos naturales.
"Que las 62 Organizaciones logren en el menor plazo posible el aglutinamiento y organicidad que les permita actuar responsablemente en defensa de las postulaciones doctrinarias del justicialismo, como así también presentar al enemigo común de los trabajadores un muro de contención que impida toda clase de maniobras disolventes, que tanto han perjudicado al pueblo trabajador”.
Desde principios de Enero de 1972, Isabel recorrerá numerosas unidades básicas con la finalidad de tomar contacto directo con la militancia. También se entrevista con variados dirigentes y toma contacto con los miembros del Consejo Provisorio de la Juventud, de reciente formación. A estos últimos los convoca a “expresar su solidaridad con los combatientes y con todos los que están presos por la liberación de la patria”.
En esos días tiene lugar un atentado en la sede de la Rama Femenina, pocas horas después de que Isabel Perón se ha retirado del lugar. Dos poderosos artefactos explosivos destruyen las instalaciones. El hecho dará lugar a expresiones de repudio por parte de los distintos sectores políticos y sindicales del peronismo.
A pesar del atentado, la enviada de Perón continúa desempeñando la función que le ha sido encomendada, actuando como mediadora entre el Consejo Provisorio de la Juventud y las 62 Organizaciones. Evidentemente se trata de los dos sectores con mayor capacidad de movilización y cuya acción conjunta resulta fundamental para la lucha que al peronismo le queda por delante: la militancia juvenil y el movimiento obrero.
A principios del mes de Febrero, Isabel envía a Madrid, un documento conteniendo algunas precisiones sobre la difícil situación que atraviesa el país, según lo ha podido evaluar en sus contactos con dirigentes y militantes.
El 29 de Febrero –ya próxima su partida- es agasajada en el sindicato de cerveceros, con una concurrencia de unas tres mil personas. Allí se escucha una cinta grabada por Perón, en la que el general ratifica su llamado a la unidad y a la organización de todos los sectores del Movimiento. Finalmente, el 2 de Marzo, Isabel aborda el avión que la conducirá de regreso a Madrid.