(4) Síntomas de agotamiento

A principios de 1965, al gobierno de IIlia presenta evidentes signos de resquebrajamiento. Al aislamiento político se suma la creciente inquietud militar, que se irá intensificando en los meses venideros. 

Figura 37:
 
Perón e Isabel almuerzan en un restaurant de Madrid.

Tras el frustrado retorno de Perón, y ante el deterioro de la situación económica, recrudecen los embates sindicales: en enero son ocupados los establecimientos ASTARSA, y retenidos como rehenes varios miembros del personal directivo. Lo mismo ocurre en varios ingenios azucareros de Tucumán, donde la FOTIA se muestra extraordinariamente activa. 

Duración: 20 segundos
 
 
Movilización de la Fotia en Tucumán. La Hora de los Hornos.
 
 

En enero la CGT había celebrado su congreso ordinario, reeligiendo a José Alonso como secretario general, para un nuevo período. En el mismo mes, la justicia electoral otorgó personería a la Unión Popular, denominación con la que el peronismo podría concurrir libremente a las elecciones que se avecinaban, a realizarse en marzo (no se admitió que el justicialismo concurriera con su nombre histórico). 

Las elecciones de marzo

En marzo de 1965 deberían celebrarse elecciones parciales de renovación legislativa. Se trataba de una prueba de fuego, de la que el gobierno confiaba salir airoso. Illia se manifestaba contrario a las proscripciones y el peronismo se presentaría con sus propios candidatos. 

Documentos:

Descomposición es disociación.
Escrito de Juan Perón.

Ver

Si los resultados eran favorables al radicalismo, quedarán conjurados los temores militares de un regreso del peronismo al gobierno. Desaparecería el principal motivo para un eventual golpe y quedaría resuelto -sin violar la legitimidad democrática- el principal problema político. En cambio, si triunfaba el peronismo, se estaría nuevamente al borde del abismo e Illia podría correr la misma suerte que Frondizi. 

Duración: 30 segundos
 
 
Elecciones legislativas de marzo de 1965.
 
 

El vandorismo intentó una alianza con el Movimiento de Integración y Desarrollo (nueva denominación del frondizismo), sin la autorización de Perón. Pero el general amenazó con la expulsión a los autores del acuerdo, y ordenó votar por la Unión Popular. 

El 14 de marzo se llevaron a cabo los comicios, derrumbándose de un golpe las expectativas optimistas del gobierno. La Unión Popular y algunos partidos neoperonistas sumaron 3.260.000 votos, contra 2.600.000 del radicalismo del Pueblo. El frondizismo obtuvo 587.000 y la UCRI (el partido de Alende) 411.000. La democracia progresista consiguió 288.000, la democracia cristiana 248.000, UDELPA 183.000, el socialismo argentino 181.000 y el socialismo democrático 172.000.

Duración: 1 minuto
 
 
El presidente Illia en actos protocolares.
 
 

Los votos aparecían más dispersos, pero el peronismo había demostrado su vigencia, con el 36% de los sufragios contra el 29% del oficialismo. La representación justicialista en el congreso pasaba de 8 a 52 diputados, frente a 70 del radicalismo. 

Si el vandorismo había logrado designar muchos candidatos, no pudo en cambio tejer su propia alianza, a espaldas de Perón. 

La revalorización

La victoria electoral no era el único síntoma de la lozanía política del peronismo. Transcurrida casi una década desde su derrocamiento, la inestabilidad política y los ruinosos resultados de los gobiernos posteriores, habían llevado a una revalorización del justicialismo en las clases medias.

Figura 38:
 
El Dr. José María Rosa en la celebración de una fecha que él haría famosa: El día  de La Soberanía. Los sectores medios luego de años de fracasos de sus expectativas políticas volverían los ojos hacia el movimiento nacional y sus pensadores e intelectuales.

Sobre todo en los sectores mas jóvenes, se desvanecía el mito de la "tiranía sangrienta", excecrada por sus mayores. Ya lo había expresado Perón, en una de sus habituales humoradas: "No es que nosotros hayamos sido buenos, sino que los que vinieron después fueron tan malos que nos han convertido en óptimos... ". 

Figura 39:
 
Tapa de “El Revisionismo Responde” de José María Rosa. Ediciones Pampa y Cielo, 1964.

Baje el contenido de este libro de la página de Pensamiento Nacional.

Si quienes se obstinaban en cerrar el camino al peronismo llevaban el país de atolladero en atolladero, si las clases trabajadoras persistían en ser peronistas, por algo sería. Muchos jóvenes argentinos hacían esta reflexión. Ese replanteo se notaría, por lo demás, en el creciente interés por el revisionismo histórico, por los escritos políticos que hablaban un lenguaje diferente al de la Argentina oficial, que mostraban la cara oculta del país y pretendían rescatar las verdades atesoradas en la memoria colectiva del pueblo. 

 

“La historia falsificada es un muro de piedra interpuesto entre nosotros y el pasado argentino..

  Audio

José María Rosa.

Las dos argentinas
 

Los libros de Arturo Jauretche, José María Rosa y otros pensadores nacionales se multiplicarían en los anaqueles de las librerías y se abrirían en manos de multitud de jóvenes deseosos de explicarse la crisis argentina desde otra perspectiva.

Inicio | Previo | Siguiente Imprimir |