La incorporación de los sectores medios, intelectuales y profesionales a la Democracia social debía ser inducida por medio de la acción de los cuadros y organizaciones del movimiento, avanzando específicamente en cada sector con una acción militante continua y perseverante.
Estos nuevos sectores sólo se incorporarían al Movimiento ante la persuasión ideológica de estar participando de una revolución trascendente.
El General Perón brindaría una herramienta metodológica de construcción de poder político para ayudar al desarrollo de estas acciones.
El 1º de marzo de 1951 se inauguró la Escuela en la calle San Martín 655 de la Capital Federal. Según el Reglamento, la actividad docente se basaría en las “Veinte verdades del peronismo” que había expuesto el general Perón en la Plaza de Mayo, durante el acto de celebración del aniversario del 17 de octubre, el año anterior.
Sus objetivos fueron impartir conocimientos sobre el Movimiento Peronista, su historia, su organización y sus realizaciones; el Justicialismo como doctrina política, económica y social del Movimiento y las Normas de Conducción y Ética que servirían de regla a los hombres y mujeres del Peronismo.
Además de las clases de Perón sobre Conducción Política se cursaban materias como Organización del Peronismo, Realizaciones del Peronismo, Principios del Peronismo, los mensajes del Presidente de la Nación los días 1º de mayo desde 1946, Política Social Peronista, Constitución Justicialista, y Ética Justicialista, entre otras.
Perón daría una serie de seis conferencias que se extenderían desde el 15 de marzo hasta el 10 de mayo de 1951. En sus clases desarrollaría una serie de herramientas a los cuadros del movimiento elaborando ideas, apreciaciones sobre la conducción política entendida como tarea técnica, administrativa y de conciliación de intereses de los distintos sectores en una acción dinámica con el Estado y el pueblo.
Estas podrían ser aplicadas libremente en la construcción de distintas estructuras de representación, desde donde los distintos sectores, de acuerdo a sus actividades o intereses, podrían incorporarse al proceso de democracia integral en una participación creativa.
Recuerdo una crítica irónica sobre Conducción Política diciendo que servía tanto para organizar una Unidad Básica como un Almacén Mayorista, sin darse cuenta que esto era su virtud y no su debilidad.
Quizás siempre se pretendió encontrar en estos textos alguna detallada forma de construir una organización política en el sentido positivista de la política. O sea la construcción de una estructura verticalizada hacia una ideología abstracta y cerrada propia del dogmatismo de izquierda, o a la orden de una clase profesional iluminada típica del liberalismo clásico.
Estas formas organizativas eran propias de los Partidos Políticos Liberales u organizaciones del tipo Partido Revolucionario o vanguardia esclarecida de la izquierda dogmática. Estructuras cerradas en sí mismas proclives a las peleas de círculos de poder y roscas internas, donde el Pueblo quedaba cómo espectador distante.
El sentido revolucionario del peronismo imponía otra dinámica, la organización debería ser libre y cada sector del pueblo la realizaría en su lugar y desde sus intereses concretos, sean estos económicos, culturales, profesionales, artísticos etc.
También las teorías que alumbrarían su accionar deberían estar en función de los intereses de cada sector aplicadas a cada momento histórico determinado. No habría una teoría sino que habría miles y además cada una de ellas cambiaría al modificarse la instancia histórica.
Esta enorme dinámica y diversidad, solo podría sostenerse con una férrea convicción ideológica de sus cuadros políticos, quienes serían los que brindarían desde sus principios doctrinarios, la identidad y unidad necesaria al proceso.
Desde su posicione e intereses particulares cada sector debería evaluar sus fines específicos y ponerse al servicio de la acción conjunta del pueblo, donde descansaba la verdadera soberanía y la decisión final.
Eva Perón acompañó al líder en la escuela y dictó en los mismos días que el General, seis conferencias sobre la Historia del Peronismo.
Estas clases fueron un ejemplo claro de su compromiso con la esencia revolucionaria del peronismo. En su relato se destaca la aplicación en el análisis histórico de una nueva concepción peronista de la historia.
Esta se encontraría alejada del materialismo de Marx y Engels y su concepto de la historia como la historia de la lucha de clases, o de la concepción del individuo luchando por sus ideales cómo protagonista-motor del devenir histórico, típico de la revolución francesa.
Eva Perón presentaba en su relato una visión mas abarcadora de la historia: la historia de la humanidad es la historia de los pueblos luchando contra los imperialismos y el destino de los imperios es sucumbir.
Estos conceptos serían más adelante profundizados conceptualmente por Perón en la época de su exilio madrileño, agregando a ese motor histórico los conceptos de la acción cultural integrativa del hombre, desde ente aislado, pasando por la nacionalidad, hacia el continentalismo y el universalismo.