La revista Tesis 11 con la firma de Carlos Mendoza, ha publicado un artículo que desgrana una comparativa entre las propuestas ideológicas del marxismo y el peronismo, analizando los textos del Manifiesto Comunista de Marx y Engels con la Comunidad Organizada de Juan Perón (ver artículo).
Es auspicioso que haya una revalorización del pensamiento de Juan Perón, otrora tratado por la izquierda como dictador y fascista, y se lo ponga en un mismo nivel que Marx y Engels para desarrollar la comparación.
El texto va tocando distintos temas como el enfoque histórico, las clases sociales, el individuo y la comunidad, principios, valores humanos y la relación entre las clases y la justicia social o superación del capitalismo, conciliación de clases o lucha de clases.
Hay un primer desarrollo armónico entre los dos pensamientos pero todo se comienza a empantanar con el tema de la lucha de clases y la conciliación de clases como caracterizaciones contrapuestas y sin solución.
El primer error en el análisis es considerar que el peronismo propone para resolver la explotación del capitalismo la conciliación de clases. En realidad lo que propone el peronismo es la organización de la comunidad para que elabore en conjunto un proyecto liberador, que desplaza el concepto opresor de la imposición ideológica ya sea de pensamientos neoliberales o anarcocapitalistas o de las imposiciones de una vanguardia esclarecida revolucionaria.
No es una conciliación de intereses materiales lo que plantea la propuesta justicialista sino la organización de la creatividad popular para forjar una nueva identidad política sin planes pre elaborados. Hoy el problema para resolver la situación colonial es cómo sumar poder político para llevar adelante las profundas transformaciones necesarias. El peronismo plantea que la construcción de poder necesita la participación política del pueblo en el desarrollo creativo de la propuesta, para dar cabida a las nuevas potencias culturales que hoy los pueblos tienen y que están desbordando el esquema de representación del liberalismo. Por eso el peronismo plantea el desarrollo de herramientas autodeterminantes para la construcción de una nueva identidad política sin las cuales las comunidades dejan de sentirse representados por los gobiernos, generando Estados débiles y permisibles a las nuevas formas de dominación colonial. No es una conciliación de intereses sectoriales lo que propone el peronismo sino la organización de la comunidad para gestar un nuevo modelo de desarrollo impulsado por una nueva participación popular.
Luego, el artículo expresa un diluido reconocimiento al fracaso de la revolución soviética y propone como superación de estas limitaciones al nuevo socialismo chino. Agrega a continuación que el fracaso del peronismo en su conciliación de clases es superado también por China con un Estado dominador de los ejes de producción económica que la revolución soviética no pudo armonizar pero China sí. En síntesis, el socialismo chino es la fase superadora del pensamiento dogmático marxista soviético y también del peronismo. En realidad lo que habría que preguntarse es porque el poderoso estado soviético se burocratiza y entra en crisis, y el poderoso Partido Comunista Chino no. Si es porque la experiencia soviética no supo implementar adecuadamente el pensamiento marxista y los chinos sí, o hay otras razones.
El socialismo nacional chino
Lo que permite la armonización de la revolución maoísta y que va a impedir su burocratización, es la nacionalización del pensamiento marxista chino basado en tres aspectos: el primero es una crítica al concepto de la lucha de clases como motor de la articulación histórica.
Mao va a explicar que si bien existe una contradicción que genera una grado de conflictividad social entre las clases, existe una contradicción mayor que las engloba que es la lucha de los pueblos contra los imperialismos de turno (característica que Marx en un inicio no alcanza a comprender porque cuando comienza su desarrollo teórico está en el centro del imperio de la época que era Inglaterra). Por eso Mao comienza a hablar de contradicciones principales y secundarias con lo cual comienzas a recorrer un camino que lo va a entroncar con el pensamiento de Juan Perón, que plantea que el motor de la historia del hombre es la lucha de los pueblos contra los imperios, en una evolución creciente de integraciones humanas, que van desde el hombre aislado, la tribu, pasando por los nacionalismos hacia los continentalismos para culminar en una universalización.
Mao y Stalin en las buenas épocas…
El segundo aspecto que lo va a alejar del pensamiento dogmático soviético es que asigna una importancia fundamental a la práctica sobre la teoría, acotando la verticalidad opresora de las vanguardias iluminadas que tienden a alejarse de la realidad y terminan en el desvarío metafísico, aislándose del pueblo y disociándose políticamente.
Sin embargo el aspecto fundamental que le va a brindar una armonización comunitaria definitiva al proceso revolucionario chino promoviendo una unión entre su capa dirigencial y el pueblo, es el reconocimiento del pensamiento confuciano, renovado con los pensamientos reformadores de la revolución maoísta en un neo confucionismo. Este reconocimiento primero negado por la revolución como algo feudal, le brindará una unidad entre las fuerzas políticas y la comunidad ligada al pensamiento autodeterminante confunciano desde hace miles de años.
El neo confucionismo se transformará entonces en la base conceptual de la revolución china, uniendo al pueblo con sus dirigencias y gestando una armonía social que permitirá su consolidación. Este elemento lo une sustancialmente con el pensamiento peronista que plantea la organización política de la comunidad detrás de principios y valores comunes para desarrollar su creatividad política popular.
Biombo que Mao regaló al Gral. Perón, actualmente en la Quinta 17 de octubre en San Vicente.
Justamente la razón del fracaso de la revolución peronista no es como plantea el artículo producto de la imposibilidad de la conciliación de clases sino por no haber logrado la organización espiritual de la comunidad argentina y la armonía social entre su clase dirigente y el pueblo. A diferencia de los chinos que tienen a favor una cultura autodeterminante como el confucianismo que les abre las puertas rápidamente a las nuevas democracias populares, el peronismo tuvo que enfrentar un proceso de descolonización de los pensamientos liberales de cientos de años de profundización y fuertemente afianzado especialmente en los sectores que representan la conducción natural de la comunidad: su clase alta y media.
¿Y el marxismo?
Sin embargo está claro que el proceso chino está también ordenado desde una visión marxista con ese acento dado por Mao a la elevación de la práctica por sobre la teoría y esto también lo termina arrimando al pensamiento peronista. Hay un famoso discurso de Xi Jinping en el año 2018 (ver discurso) donde les habla a sus dirigentes del partido comunista (con problemas de corrupción y de divisionismos internos) donde les explica con claridad los mismos conceptos desgranados por Juan Perón en Conducción Política, donde expresa a sus cuadros dirigentes justicialistas que la construcción del poder autodeterminante de un pueblo obliga a sus dirigentes a armonizar permanentemente tres elementos claves, la doctrina, la teoría y las formas de ejecución. Xi expresa los mismos conceptos apelando al materialismo dialéctico y expresando a sus dirigentes que deben estar mirando permanentemente a su pueblo y acompañar los procesos como coordinadores (conductores diríamos los peronistas) alejándose de proyecciones ideológicas hacia el futuro que pueden alejarlos de la realidad. La única verdad es la realidad diría Juan Domingo.
Hacia la profundización democrática de China
Sin embargo hay mucho más en el proceso político de la revolución china que lo consustancia con el pensamiento peronista. El gigantesco ascenso social y cultural del pueblo chino los lleva a estudiar nuevas formas de representación ciudadana.
En 1973, Isabel Perón visitó China. En la foto, con el primer ministro Zhou Enlai
Esta sensibilidad a dar respuesta a las nuevas capacidades individuales del pueblo chino demuestran un acercamiento a la tercera posición del peronismo donde se afirma que se debe lograr un equilibrio entre el individuo y la comunidad profundizando la participación ciudadana más allá de la forma representativa liberal que rompe los lazos comunitarios exacerbando las características materiales, competitivas e individualistas. El proceso de democratización de la revolución china lo arrima a un principio peronista que afirma que se llega a lo comunitario por la proyección solidaria de las fuerzas del individuo y no por la imposición de fórmulas mágicas de iluminados vanguardistas.
China se propone seguir también ese camino, intelectuales como Shuiseng Zao, Wang Zhenxu, Yu Keping, Wang Hui y He Baogang están entrando en ese debate que entendemos irá llevando a la revolución a nuevas formas de organización comunitaria. Algunos hablan de dar elecciones dentro del Partido Chino, otros ir a esquemas de partidos políticos tradicionales del liberalismo, y los hay también que quieren dejar todo como está.
¿Un nuevo entrismo?
El sentido del artículo de poner a Perón al lado de Marx y presentar a la revolución china como superando a la fallida experiencia soviética y al peronismo nos suena a un nuevo entrismo que pretende dar por superado al justicialismo para apropiarse de su mística, su historia y su basamento popular.
Es asombroso que los vanguardistas no entiendan todavía que el poder político hoy debe respetar las nuevas potencias culturales de los pueblos a quienes no se pueden imponer modelos pre elaborados ni ser guiados por un grupo de iluminados.
Es increíble que sigan inmunes a las evidencias históricas como las derrotas de los socialismos europeos y la burocratización de todos los movimientos progresistas latinoamericanos que han gestado por reacción a los movimientos de derecha más extremos.
Nos alegra que finalmente ingrese Juan Perón en el ámbito del debate, pero si siguen entendiendo al peronismo como algo superado por la evolución se llevarán muchas sorpresas en el futuro. El mundo va hacia formas de participación comunitaria donde lo que hay que hacer es ordenar las capacidades creativas de los pueblos para encontrar las soluciones y no someterlas a imposiciones de “castas políticas” sean de izquierda o “anarcocapitalistas” que quieren marcarles el rumbo desde sus preceptos intelectuales.
Ver también:
Mao y Perón, dos senderos hacia la autodeterminación popular (Artículo)
Mao y Perón, dos senderos hacia la autodeterminación popular (Video)